martes, 18 de septiembre de 2007

Después de la Boda

Una película impresionante que, tal como se ha dicho, recuerda a Festen no únicamente por ser danesa, sino por las revelaciones que van teniendo lugar en el marco de los festejos familiares.

Es un homenaje a Vintenberg y a su Festen más que un tributo a Dogma 95, movimiento que difícilmente la certificaría: la búsqueda de la autoría no se esconde, existen cambios geográficos que rompen con el aquí y el ahora, la iluminación y la belleza de los colóres hacen de esta una película muy bien cuidada, y ciertamente no parece ser que haya sido grabada cámara al hombro.

La trama está excelentemente llevada, y a pesar del dramatismo que se imprime a los personajes y a las interacciones entre ellos, nunca el espectador tiene la impresión de que se les ha forzado: Desde las primeras escenas puede uno suponer que un millonario está a punto de morir. Pero no se puede acusar a esta película de ser demasiado previsible, su fuerza no está en hacer trampa al espectador con la intención de guardar un secreto, sino en que el espectador se vea enfrentado al dolor sin cosméticos del sufrimiento real. Ante la muerte no hay morfina que valga.

Lo más humano de la película se encuentra en su plausibilidad: es evidente que un hombre bueno, pero que siempre se haya salido con la suya, esté dispuesto a manipular a quienes le rodean con tal de ahorrarles el sufrimiento de su pérdida. Sus seres queridos le recuerdan a tiempo que el sufrimiento, no obstante, es necesario para despedirse como es debido.

Susanne Bier desarrolló el guión con el guionista y realizador Anders Thomas Jensen, siguiendo la línea de sus dos premiadas películas anteriores, Te quiero para siempre y Brodre/Hermanos. La película se rodó en Dinamarca y en Bombay.

No hay comentarios: