Se trata de dos de las mejores películas de este director, que por su trama y la época en que fueron rodadas (1963 y 1965 respectivamente) se encuentran íntimamente relacionadas y merecen ser comentadas en paralelo.
Si la primera tiene como argumento el desarrollo y la resolución de la crisis creativa y humana por la que atraviesa el personaje -un director de cine que ha perdido la inspiración- la segunda película retrata vívidamente la crisis en la que se encuentra inmersa Giulietta, la digna esposa de un atractivo agente de eventos publicitarios.
Marcello Mastroianni interpreta al cineasta de la primera de las cintas. Rodada en Blanco y Negro, es una película que destaca por la gran fuerza visual y simbólica con la que la historia es narrada desde la primera de sus escenas. Nuestro personaje es un hombre atractivo e infiel que engaña a su esposa -una mujer hermosa pero que no lo complace en lo sexual- con una bella y complaciente amante. Debido al amor que siente por su esposa, la invita a alcanzarlo en la ciudad en que rodará su película, ciudad en donde además se encuentra el balneario médico en el que descansa a causa de una enfermedad en el hígado -y a una depresión- justamente el tipo de balnearios que se pusieron de moda por la medicina europea de la primera mitad del siglo XX. Como terapia, debe tomar agua santa cada hora. La espectacular caminata sincronizada de cientos de huéspedes que beben agua santa en el balneario es una fantasía inigualable que se desenvuelve al compas de la Cabalgata de las Balquirias de Wagner. Esta escena es visualmente inigualable.
Su esposa le alcanza, y mezcla de intuición y paranoia, sabe adivinar perfectamente que la amante de su marido se encuentra en el mismo hotel que ellos. Los reclamos y quejas no se hacen esperar, pero Marcelo Mastroniani se conserva imperturbable.
Si vale la pena comentar en paralelo Giulietta de los Espíritus, la siguiente película que filmó Mastroniani, es porque retrata el sufrimiento de la esposa engañada desde la propia perspectiva de la mujer fiel que no alcanza a adivinar la razón del engaño, pero que puede intuir que la razón podría encontratrse en la sexualidad misma.
Giulietta realiza de continuo sesiones espiritistas, y recomendada por sus amigas, visita mediums. La pregunta que la asalta -porque ha escuchado hablar dormido a su marido pronunciando el nombre de su joven amante- es si efectivamente éste la engaña. La medium le entrega más preguntas que respuestas: te sientes hermosa? Se burla de ella. Giulietta no sabe a quien escuchar, existen muchas voces y deseos: su hermana le aconseja pagar un detective privado., su amigo abogado, que la corteja, le recomienda el divorcio., su sensual vecina, divertirse y aprovechar de mejor forma su sexualidad., una psicoanalista le recomienda crecer como los árboles, de forma espontánea. Todas estas voces la confunden, y además están las voces internas, que la asaltan continuamente recordándole su infancia y su pasado.¿A quién hacer caso? El final, sin resolver, recuerda mucho a las voces que nos piden paciencia prometiéndonos un futuro mejor.
Cabe señalar que Giulietta Massina, quien hace el papel de Giulietta de los espíritus, se había casado con Fellini varios años antes. Estas dos películas por tanto bien podría retratar los sentimientos autobiográficos de esta pareja de artistas.
sábado, 15 de septiembre de 2007
Dos de Fellini
81⁄2 y Giulietta de los espíritus
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