lunes, 19 de noviembre de 2007

Ping Pong

Recientemente presentada en México durante la Semana del Cine Alemán 2007, esta película sorprende por la destreza con la que el director logró abordar y brindar un manejo adecuado a la psicología de un adolescente que, recién habiendo perdido a un padre que se ha suicidado, se enfrenta a una nueva decepción, esta vez a partir del rechazo amoroso que le dirige la esposa de su tio -concuña del padre muerto- poco después de que hubieran tenido relaciones sexuales.

Los personajes son solamente cuatro: Paul es un joven de 16 años que busca escapar de un duelo muy poco elaborado, así como de evidentes problemas con su madre, al albergarse en la casa de su tio Stefan. La esposa de este último, Anna, es aún muy joven en comparación con su pareja. Robert, el hijo de ambos y de la misma edad que Paul, es un muchacho un tanto soberbio y duro que no recibe del todo bien a su primo. De hecho la acogida de Paul es difícil para todos, pues no le esperaban. Al parecer Paul se ha tomado demasiado literalmente el ofrecimiento de apoyo que le ha hecho su tio Stefan durante el velorio de su padre.

Obligados por las circunstancias a hospedarlo, la familia va conociendo poco a poco a un jóven del que habían permanecido alejados debido a los problemas antaño presentes con los padres de éste. Y aunque es evidente en todo momento en Paul una gran tristeza y una profunda decepción, aún así también se nos hace patente una personalidad magnética y desenvuelta, si bien un tanto oculta y reprimida por la tragedia que recién ha vivido.

Son varias las circunstancias para que Anna, mujer hermosa, bastante mayor que Paul pero definitivamente más joven que Stefan, caiga ante la acometida de un joven que pide a gritos atención, cariño, y algo más. Un poco de instinto materno que no obstante se pierde ante la atracción física, el aburrimiento conyugal, los problemas que le representa su propio hijo adolescente, y el tener frente a ella a un atractivo muchacho frente al cual la atracción sexual se desborda, termina por perderla. Para ello, no hace falta sino la coincidencia de que su esposo Stefan deba ausentarse el fin de semana para atender asuntos laborales.

Antes de su partida, Stefan acepta el ofrecimiento de Paul de completar el mismo la construcción de la alberca al colocarle el mozaico que le hace falta. A cambio, Stefan le pagará en función del número de horas trabajadas. Paul no hace sino trabajar en la alberca. Ello posiblemente le hace bien. Después de todo, ha sido su padre quien le ha enseñado el oficio de fijar los mozaicos. Quizá este trabajo le ayude a elaborar los distintos sentimientos que debe dirigirle al progenitor que le ha dejado solo. Robert mientras tanto practica el piano pues en breve presentará el examen para entrar al conservatorio y su madre lo instruye severamente. Posiblemente todos se hubieran conservado sanamente distanntes si Anna no hubiera dado el primer paso con Paul al invitarle a pasear a su perro al bosque. Esta jugada es rápidamente aprovechada por Paul, quien le da un sorpresivo beso después de haber fingido que le ha picado una abeja. Anna se separa, pero no puede dejar de mostrar que le ha gustado.

Lo que sigue tiene pros y contras en el marco de la lógica argumentativa: No se nos explica del todo la razón por la cual Robert comienza a beber. Aunque desde el momento en que tiene que ir a despedir a su padre, quien se va de trabajo el fin de semana, Robert ya estaba bebiendo ¿Son suficiente explicación los celos que pudiera experimentar por la sorpresiva camadarería que se juega entre su madre y su primo, la causa para haber llegado borracho al examen del conservatorio?

En razón de que Anna llega después de este incidente sola a casa -Robert se ha bajado del coche al haber discutido con ella- no le es difícil a Paul aprovechar este momento para seducir a Anna, y en la propia recámara de ésta mantienen relaciones. Entretanto Robert hace su arribo: los mira sin decir nada, y se va a su habitación sin que éstos lo sepan. Sin embargo, momentos más tarde le hace saber a Paul que los ha visto. Cuando su padre llega, aún habiendo estado a punto de contarle la verdad, no lo hace, y auqnue Stefan tenga motivos para sospechar que algo extraño sucede en razón sobre todo de la rudeza con la que su hijo trata a su madre, no indaga más allá de tratar el asunto relacionado con el arribo en estado de ebriedad de su hijo al examen del conservatorio.

Algo más ilogico tiene entonces lugar: la madre sabe perfectamente que su hijo está enterado de su acción. Sin embargo, no hace nada para conciliarse o brindarle alguna explicación (si bien algo así sería muy difícil). Una noche se levanta y escucha a su hijo tocando el piano magistralmente, pero no no le dice nada al respecto. Antes bien, habla con el Stefan y le asegura que el problema de Robert es precisamente el piano, por lo que convence a su marido para que se deshagan del mismo ¿Con que fin? ¿Solamente para brindarnos una idea del egoísmo o maldad intrínseca de la madre? Este hecho, sin embargo, no tiene después reacción ninguna, y permanece dentro de la historia como cabo suelto y sin sentido. Robert persigue el piano, lo llora, y luego empuja a su madre que cae al suelo. Paul los mira sin hacer nada.

Paul, entre tanto, vive su propia tragedia: le pregunta a Anna cuándo es que piensa decirle a su tio lo que pasó entre ambos. Aunque exagerado, esta emoción sigue dentro de lo verosímil y se sostiene tanto por la pérdida que Paul acaba de sufrir, como por la edad que tiene: con 16 años es aún un niño que sufre un mundo que no entiende. Por su parte, quizá Anna esté verdaderamente loca, porque en vez de salvar alguno de sus dos frentes, dinamita la comunicación en ambos. A Paul le pide por tanto que se arregle él solo. ¿Para que pintarnos a una Anna despiadada y de mala calidad personal? Es decir, la historia se sostendría perfectamente sin estos detalles accesorios que no enriquecen en nada la trama sino que sòlo le quitan continuidad a la historia.

Pero no obstante estos detalles de incoherencia, la factura de la película es excelente, y el desarrollo de la mayor parte del drama, magníifico: la manera en que el director hace revelar a Paul ante un primo que no tiene de otra sino hacer a un lado su caparazón, cómo fue para él el descubrimiento del cadaver de su padre ahorcado, está exelentemente bien llevada. Las actuaciones de todos son muy buenas: Sebastian Urzendowsky (Paul), Marion Mitterhammer (Ana), Clemens Berg (Robert) realizan unas interpretaciones intachables. El final, en fin, es estupendo. Anna tiene un perro al que adora (quizá no quiera a su hijo, ni a Paul, ni a Stefan, pero ama al perro). Furioso y decepcionado, Paul tira a la alberca al perro, que nada durante horas antes de ahogarse. A la mañana siguiente, Anna lo descubre y lo llora, y al mirar hacia el bosque, se encuentra con la mirada de su sobrino que la mira antes de desaparecer en el mismo. (esta acción de un Paul sólo y desesperado se justifica por sí misma. Para ella no se nececitaba inventar una maldad en Anna).

En descargo de Matthias Luthardt, el director, debe decirse que no solo consiguió dirigir un muy buen filme y unas actuaciones estupendas, sino que éste es su primer largometraje. Quizá el único defecto estuvo en la revisión del guión.

Ingmar Bergman

Sólo un gran experto podría hacer un análisis medianamente aceptable sobre el cine de Ingmar Bergman, quien al morir recién se había jubilado, después de haber trabajado de manera ininterrumpida por casi 60 años. Nacido en Suecia en 1918, filmó su primera película en 1945, y la última en el 2003. En esos 58 años dirigió 62* filmes, logrando una de las filmografías más abundantes en la historia (A razón en ocasiones de más de una película por año). Yo aquí me limitaré a analizar las 5 películas de Bergman que he tenido la oportunidad de ver

1) El Séptimo Sello: De acuerdo a quienes saben sobre el tema, el periodo de "obras maestras" de este genio habria iniciado apenas 6 años después de que Bergman comenzó su carrera, es decir, en 1951. El Séptimo Sello data entonces de esa época, pues se estrenó en 1956. Esta película es impresionante: habiendo naufragado un caballero cruzado, se encuentra en la playa con un hombre vestido de negro que le interpela al informarle que es la muerte. El cruzado le invita a hacer un trato: jugarán ajedrez. Si pierde la muerte se lo lleva de inmediato, pero si gana, podrá permanecer en el mundo hasta encontrar el sentido de la existencia.

La muerte le juega una cierta broma al hacerse pasar por sacerdote cuando él cree estar confesándose. Así puede escuchar del propio caballero la jugada que éste le tenía preparada en el tablero. La muerte gana de forma irremediable. Se trata de una película dura que nos enfrenta una y otra vez al sinsentido de la existencia y a la eterna demanda por razones a un Dios que no responde. Ambientada durante la Europa de la peste negra y de la inquisición, no puede uno sentir sino que la vida es una muerte lenta.

2) Fresas Salvajes se estrenó en 1957. Se trata de otra de las llamadas obras maestras de Bergman, esta vez de signo surrealista. Las secuencias recuerdan mucho al cine de Luis Buñuel: escenas en que los personajes hacen una aparición inexplicable para después desaparecer del mismo modo: así el viaje en carretera, cuando en el auto del protagonista un matrimonio mantiene inesperadamente una acalorada discusión. Curiosamente, tanto en el Séptimo Sello como en Fanny y Alexander las fresas silvestres están presentes en la historia, si bien en esta ocasión dan su nombre al filme. Las reflexiones de un hombre de edad avanzada respecto a su infancia y su vida que declina es el tema principal. En Fanny y Alexander también tiene un lugar importante la reflexión en la vejez: "siendo viejos seguimos siendo los mismos niños".

3) El Rostro es sin duda una película difícil -si bien recurdo que el Dr. Pablo España, fundador del Círculo Psicoanalítico Méxicano, la recomienda siempre de forma encarecida. No puedo decirles sobre la misma sino que Ingmar Bergman mantiene en sus relatos la participación de juglares, artistas de teatro, y magos. En esta ocasión se trata de un hipnotizador incomprendido.

4) En 1961 se estrenó Detrás de un Vidrio Obscuro. Es una película obligada en los ciclos de psicoanálisis, sobre todo cuando el tema a analizar es el incesto y la locura consecuente. Sin decirlo, se comprende que el artista está inmerso en las teorías psicoanalíticas que hacen de la prohibición del incesto la ley de leyes, la norma que garantiza que cada quien pueda disfrutar de un lugar distinto al de sus predecesores. Con la posibilidad de la diferencia, las cosas adquieren sentido a partir del contexto en que se encuentran. Sin embargo, si el incesto se realiza aún de forma imaginaria, el sujeto encuentra que la realidad no es sino una construcción fragil que se desmorona delante de sus ojos. La protagonista trata entonces de salvarse a partir de su diálogo con Dios, al que pronto ve convertirse en una araña gigantesca. Es una película fuerte y estupenda que nos permite intuir los límites huidizos de la razón.

5) Fanny y Alexander es una película larga y pausada, estrenada en 1982. Se ha dicho que es el mejor filme de Bergman. De más de tres horas de duración, su director se toma el tiempo necesario para que cada idea germine en el espectador en el momento indicado: Alexander juega en la casa de la abuela, esa matriarca que aún dirige a la familia tras la muerte de su marido y el matrimonio de todos sus hijos. Al frente de la familia Ekdahl, ella administra de un modo u otro los problemas que se le van poniendo enfrente. Uno de sus hijos es director y artista de la empresa familiar de teatro, padre de Fanny y Alexander. Estos dos asisten a su muerte poco después de que lo vieran desfallecer cuando ensayaba el papel del fantasma del Rey Hamlet.

Poco después de esta muerte, la madre de Fanny y de Alexander se casa con el Obispo que ofició la misa a su difunto esposo. En uno de los grandes momentos del filme, la madre pide a Alexander que deje de representar el papel del joven Hamlet, pues ni ella es Gertrudis, ni la casa del Obispo es Elsinore, ni él, en una palabra, Hamlet. Para Alexander la afirmación de la madre debe ser un error, al menos por el detalle de que a él, efectivamente, se le ha estado apareciendo el fantasma de su padre. Las cosas marchan mal. Fanny y Alexander odian su nueva casa y añoran su vida pasada. Experto en contar historias, Alexander relata a una sirviente del Obispo que se le ha aparecido el fantasma de la primera mujer de éste -la que efectivamente había muerto ahogada en el rio al intentar salvar a sus dos hijas. Alexander afirma que sus almas se quejan de que murieron al intentar escapar del encierro en el que el padre las mantenía. El Obispo resulta ser un hombre desequilibrado que se identifica con el papel de la ley moral, y castiga con una severidad desquiciada a Alexander debido a este incidente.

En un pasaje surrealista que recuerda a las primeras películas del autor, Fanny y Alexander logran escapar en el interior de un baúl gracias a Isac, un banquero judío amigo de su abuela. Escondidos pasan esa noche en la casa de éste, en la que también se encuentran Aron e Ismael, éste último bajo llave debido a su peligrosidad. Deambulando en busca del baño, Alexander se encuentra en la obcuridad de la noche de nuevo al fantasma de su padre, al que le grita que si no puede ayudarle, al menos deje de aparecérsele. El fantasma le responde que no puede separarse de su familia. Está demasiado acostumbrado a ella.

Cuando empezaba a quedarse dormido en una sala repleta de marionetas, Dios le amenaza, detrás de una puerta, con hacérsele presente. El terror de Alexander es evidente: ¿Quién eres? pregunta. Se trata de una pesada broma de Aron, disfrazado de marioneta gigante. Alexander llora. Lo que sigue es uno de los diálogos más interesantes de la película, cuando Aron (en el Génesis es quien fabrica al ídolo de oro- lo deja encerrado en el cuarto del insano Ismael -el hijo desterrado de Abraham. Al tocarlo, Ismael pregunta a Alexander si no es posible que todos seamo uno mismo, transitando de un cuerpo a otro. Ahora eres Alexander, pero ahora estás en casa del Obispo y causas un incendio... No quiero! grita Alexander.

Se trata de una película intuicional. He visto otras, muy pocas, que logran este efecto de misterioso transitivismo en el espectador: The Garden State, Todos somos John Malcovich, Blade Runner, Solaris -basada en una novela del autor polaco Stanislaw Lem- y esta. Es una obra a la que será necesario volver.









* Wikipedia.

domingo, 4 de noviembre de 2007

The Damned

Luchino Visconti dirigió esta película en 1969. Se trata de una obra integral en la que los diferentes temas abordados apuntan a brindar una explicación lo más completa posible del fenómeno del nazismo: ¿Cuáles son los intereses y pasiones que pudieron apuntalar un régimen tan cruel? Por el lado de las pasiones, el resentimiento, y por el lado de los intereses una Alemania en la que era posible hacerse de las propiedades de los otros simplemente señalándoles como enemigos del Führer.

La acción central tiene lugar en el seno de la influyente familia Essenbeck, cuyo patriarca es el dueño de una de las acereras más importantes de Alemania. Durante una cena familiar, llega la noticia de que está ardiendo el Reichstag: es el 27 de febrero de 1933. Apenas hace un mes que Hitler ha llegado al poder y del incendio se culpa a los comunistas. Sabemos que es el pretexto para anular los derechos individuales y declarar el régimen de excepción. La dictadura ha comenzado: la intriga en el seno de la familia comienza de inmediato pues el abuelo no es grato a los ojos de los nazis: sus opiniones en contra del nazismo son de todos conocidas. El que las garantías individuales hayan perdido su validez no significa otra cosa sino que nada pertenece sino a quien sepa apropiarse de ello. Los derechos derivan entonces de la cercanía que se tenga del Führer. Esa es la gran lección para quien quiera entenderla: este reino de nuevos valores no es sino la apropiación de los bienes por los más fuertes. ¿Quiénes son los más despiadados? ¿Quiénes se quedarán con el negocio familiar?

El encargado de intrigar a cada uno a uno de los familiares y allegados es miembro de la SS alemana. Más allá de que un hombre así pudiera tan siquiera existir e influenciar a tanta gente con éxito, en él debemos mirar a manera de metáfora la voz profunda del nazismo alemán: aquella voz perturbada que haciendo una interpretación demasiado abierta de Nietzsche, evocaba la transmutación de todos los valores y la victoria del hombre nuevo. Su primera víctima es un hombre de la confianza de la familia, sin otro nombre que aquel que se ha ganado con su trabajo en la empresa. El abuelo es asesinado esa misma noche. El asesino, ese hombre de confianza que ve en el homicidio la oportunidad para hacerse de lo que cree que se ha ganado.

Muerto el patriarca se desata aún más cruentamente la lucha en la familia. De un lado, uno de los hijos, quien pertenece a la SA. Del otro, la nuera que ha quedado viuda del hijo predilecto del abuelo ahora muerto, pero que se mantiene en la contienda al ser madre del heredero de la mayor parte de las acciones de la empresa. Ninguna filiación es suficientemente importante. Incluso los valores entre madre e hijo se vienen abajo en el marco de los nuevos antivalores del nazismo. No es fácil interpretar, sin embargo, lo que significa la comisión del incesto. No es fácil interpretar tampoco, lo que significa, por ejemplo, la homosexualidad en el marco de todo el filme.

Pareciera que todo ello es retrato de la corrupción de los valores y la apropiación y el hurto de los lugares generada por el propio nazismo: si nada pertenece sino a quien pueda apropiárselo, luego entonces tampoco la genealogía queda a salvo: la madre puede ser ahora la propia mujer. Los lugares se derrumban.

La película no deja de recordar en muchas de sus escenas, a esa gran obra de otro gran cineasta italiano: con su Roma Ciudad Abierta, Roberto Rossellini también retrató la corrupción de los valores en la policía nazi de la ocupación en Italia. Visconti parece partir del universo planteado por aquél para ir mucho más allá, al diseccionar las motivaciones individuales que dieron apuntalamiento y fortaleza a un régimen enfermo. Pero si Rossellini hacía su retrato en dos dimensiones, una sana y otra corrupta, en la obra de Visconti la esperanza muere demasiado pronto, en los campos de concentración y en las cárceles en las que se ha encerrado a los disidentes.

Vale la pena subrayar la recreación hecha de la "noche de los cuchillos largos": Hitler planea deshacerse de las SA (brazo armado que lo ha ayudado a llegar al poder). La ocasión llega en la fiesta anual de las SA en Baviera, orgía de sexo homosexual, canciones nazis y cerveza. Al alba llegan los fieles SS, cumpliendo órdenes directas de Hitler, y liquidan a los SA en sus habitaciones (30 de junio de 1934).

Roma Ciudad Abierta

Roberto Rossellini dirigió esta película en 1946, apenas terminada la Segunda Guerra Mundial.

El filme da inicio en el marco de una Roma ocupada por los nazis. Un hombre huye de la policía alemana, que lo busca en la casa de huéspedes en que aún se encuentra. Sin embargo, logra huir por los tejados de los edificios cercanos, en mucho gracias a la ayuda de sus caseras. Este primer detalle anuncia la solidaridad permanente y hasta heróica de los italianos contra la ocupación: no sólo la resistencia organizada, sino la iglesia católica y la gente de a pie, parece haber tenido de acuerdo al filme una participación decidida en contra de los excesos cometidos por los nazis. Rossellini hace de esta actitud un símbolo en la participación que los mismos niños tienen cuando, al margen de las acciones de sus mayores, tratan de emularlos organizando accciones de resistencia.

En contraparte, este temprano filme retrata ya las técnicas utilizadas por la policía nazi para lograr sus propósitos: el engaño, la manipulación, la utilización de las mentes necesitadas de atención para obtener las delaciones y la información que les era necesaria: poner a unos contra otros, destruir la solidaridad que del pueblo surgía y se les enfrentaba a través de la corrupción y la coacción: el negativo de los valores que parecen nacer de una ciudadanía dispuesta a la lucha.

La película parece contar entonces con dos dimensiones: el ritmo propio de la ciudad que busca sobrevivir a la escases y a la ocupación, y el ritmo distinto por grave y sofocante en el que viven los miembros del ejército alemán. Separados apenas por una puerta de los cuartos de tortura, su lugar de descanso tiene más parecido a una casa de citas que a un cuartel. Metáfora de la corrupción de los valores y de la humanidad en uno de sus puntos más bajos, el diálogo entre el comandante en jefe de la policía alemana en Italia, y uno de sus subordinados que en su embriaguez se atreve a hablar, parece decirnos que aún en estos momentos tan bajos del ser humano existía entre los nazis una conciencia que, aún sofocada, podía zaherir alzándose contra sus propias acciones.

Las escenas finales son demasiado crudas aún hoy, cuando la pantalla nos ha acostumbrado a todos los excesos de sangre y miembros arrancados del cuerpo: retrata de un modo excesivamente realista la cruel tortura practicada por los nazis a un héroe italiano que muere sin confesar ni una palabra. "Nunca habíamos estado frente a una cosa tal" se confiesan. El militar borracho ya lo había anticipado: la resistencia del pueblo italiano es el mejor recordatorio de que la teoría de la supremacía teutona no es sino una gran mentira.

domingo, 28 de octubre de 2007

La Suerte de Emma

Se trata de una gran película, que nos recuerda que lo importante no es tanto la historia, sino la forma en que se cuenta. Jördis Triebel es Emma, y Jürgen Vogel es Max. Se presentó hace muy poco como muestra de la filmografía alemana del último año.

Max es diagnosticado con cáncer en el páncreas, por lo que en breve va a morir, contexto en el cual toma una decisión desesperada: robar la caja chica del negocio de autos en el que trabaja, que por cierto pertenece a un amigo suyo, y pagarse con el botín un viaje a las playas deméxico, en las que esperará la muerte. Durante el robo, su amigo lo descubre, y lo persigue. Durante la persecución Max acelera su automovil con la idea de estrellarse: el coche vuela al salirse del camino, y cae en el rancho de Emma, una mujer dura y un tanto silvestre que se gana la vida con mucho esfuerzo criando cerdos. Ella lo saca del coche, y lo acuesta en su cama. Le desviste y le besa mientras está inconsciente. Es casi amor a primera vista. Uno no puede dejar de preguntarse ¿De qué otra forma, sino al cuidado de alguien que llega a su cama por accidente, Emma podría encontrarse con un hombre como Max? La brecha entra los mundos de ambos personajes es muy grande y, sin embargo, es el destino el que al poner a Max al cuidado de una mujer buena, se encarga de acercarlos. Emma regresa al coche, y encuentra el dinero. Sin pensarlo mucho lo guarda para sí y prende fuego alautomovil.

Cuando él despierta y revisa el auto calcinado, sabe que no hay mucho que hacer. Emma le asegura que el auto se incendió segundos después de que ella le ha salvado. No le ha dado tiempo de sacar del coche nada sino a él. Jördis Triebel encarna a una Emma que ha esperado toda su vida por un hombre como Max. Aunque está a punto de perder su rancho debido a deudas muy antigüas, no quiere aceptar la propuesta de matrimonio del alguacil del pueblo, hombre sencillo y bueno -que vive con su madre. Max debe mientras tanto ocultarse de la policía. Qué mejor lugar que el rancho de Emma. Lo que sigue es la historia de como se enamoran. Es también la historia de la agonía de Max que no por estar narrada con fuertes dosis de buen humor, deja de representársenos en toda su crudeza. Es también la historia de cómo descubre que ella guarda el dinero oculto, al encontrar la caja vacía en que éste venía. Es la historia de como Emma le regresa el dinero, y él paga con dicho dinero las deudas de ella, deudas que en breve la habrían conducido a perder su rancho. También presenciamos el reencuentro entre Max y el amigo al que le ha robado. Es la historia, por último, de su boda y de la muerte, en seguida, de Max. Es una gran historia, en fin, que nos recuerda que muchas veces el secreto se encuentra en los detalles.



"Sven Taddicken nació en 1974 en Hamburgo. Estudió con el programa de realizadores en la Academia de Cine de BadenWuerttemburg en Ludwigsburg de 1996 a 2002. Ha ganado un sinfín de premios internacionales, entre los que están el Premio Nacional de Cortometrajes en Dresden 1999, el Primer Premio del Festival finlandés de Lappeenraanta, y el Primer Premio de Short Cuts Colonia 1999. También ha sido nominado al Honorary Foreign Student Award / Student OSCAR en el año 2000 por su película COUNTING SHEEP (Schaefchen Zaehlen, 1999), que también abrió el festival Max Ophuels de Saarbruecken ese mismo año". (Este párrafo fue tomado de Yahoo Cine).

jueves, 18 de octubre de 2007

El Cuchillo en el Agua

Roman Polanski dirigió esta película cuando aún era muy joven, residiendo en su natal Polonia (1962). La juventud sin embargo es aquí razón de la originalidad del filme, mezcla de suspenso y drama psicológico.

Un automovil avanza por una estrecha carretera de dos carriles: uno que va, otro que regresa. No alcanzamos a ver los rostros de quienes van a bordo sino hasta que los títulos de inicio han desaparecido. Cuando las sombras se difuminan, vemos entonces que la que conduce es una mujer, y que un hombre es su copiloto. No por mucho tiempo: pronto él la obliga a parar el auto con unmovimiento arbitrario del volante hacia su derecha. Al tomar el lugar del conductor, es evidente que él aumenta la velocidad. Ella prende un cigarro. No se hablan. Podríamos pensar que se trata de dos compañeros de oficina que casi no se conocieran si no hubiéramos presenciado momentos antes la agresividad con la que él la obligó a darle el lugar del conductor. Debe tratarse por tanto de un matrimonio que ya raya en el mutuo hartazgo. El ya aparenta una edad medianamente avanzada. Ella por el contrario sigue siendo muy bella.

A lo lejos, en el medio de la carretera, ambos vislumbran a un hombre que no se mueve aún viendo que el coche se le viene encima. El conductor no frena sino hasta estar muy cerca. El hombre de la carretera en un movimiento rápido se libra de la embestida.

El conductor se baja y lo reprende. El regaño es dirigido a un hombre joven, mochila al hombro. Después sabremos que tiene apenas 22 años."Casi todos se detienen mucho antes", le dice al conductor. Este le responde que había querido darle una lección respecto la manera en que se divierte toreando automóviles. ¿Por qué razón aceptan llevarlo en el auto? Lo único que dice el hombre maduro es que su esposa seguramente querrá llevarle. No obstante, le advierten que no llegarán hasta la ciudad, ellos pararán en el muelle. El matrimonio busca pasar el día descansando en su velero. El joven mochila al hombro es sólo un aventurero. Después de algunos diálogos y acciones en las que ambos hombres "se miden", el hombre maduro lo invita a subir con ellos al velero.

No puede uno entonces sino remitirse a la posterior filmografía de Polanski: en Luna Amarga es la atracción entre parejas de distintas edades el vínculo que da consistencia a la historia. Aquí pasa algo similar: ¿Que intenta el hombre maduro? ¿qué es lo que busca cuando invita al joven a acompañarlos a él y a su esposa a bordo de su velero? ¿Hasta que grado llega su aburrimiento, y el de su esposa?

Evidentemente, en esta película tales temas apenas quedan insinuados. Son únicamente el fondo psicológico que brinda verosimilitud a la historia. No ahora, sino sólo mucho después en su obra posterior, Polanski los abordará de frente. Esta película, sin embargo, no deja de ser sumamente consistente: El hombre mayor comienza a dar órdenes.Capitán de su propia nave, somete al hombre joven a un régimen que no pasa sin embargo por absurdo: Todos en el navío deben trabajar. Se trata entonces de mostrar a la esposa quién es el que manda. El joven intenta revelarse, pero desiste. Algo lo mantiene abordo. Quizá una oportuna aunque tenue interpelación de la bella mujer y aún joven esposa.

Es hora del almuerzo. Para partir el pan el joven saca de su mochila un cuchillo. El ambiente se tensa aún más. El cuchillo en la cubierta es un indicio de que algo grave podría ocurrir. En realidad, no conocemos al joven, no sabemos de dónde viene, ni que desea. No sabemos por qué razón ha subido al velero para acompañar en soledad a un matrimonio. La creciente rivalidad entre ambos hombres nos prepara para la peor. El joven le lanza a la cara al hombre maduro su edad avanzada. Este se burla en cambio sobre su incapacidad para maniobrar el pequeño buque. Estas y otras afrentas se acumulan durante el recorrido hasta que la tormenta los sorprende. Obligados a pasar la noche en el diminuto camarote, el trio juega a los palillos chinos, y ella, la bella esposa, propone que vaya perdiendo una prenda todo aquel que no pueda liberar un palillo sin mover alguno de los otros. A la tensión de la rivalidad siempre presente se nos suma ahora la tensión sexual. Para recuperar sus zapatillas, a petición del joven ella deberá cantar. Su canción es una melodía nostálgica con una letra triste que nos informa sobre un amor que ya no es el de antes. El hombre maduro, que intenta escuchar en el radio su partido de fútbol, no puede dejar pasar el momento sin protestar que la letra es muy estúpida.

Los tres se disponen entonces a dormir. Ella sale del camarote, y el joven la sigue al poco tiempo, mientras el marido duerme. Al despertar y verse sólo, se prepara para lo peor y toma el cuchillo que pertenece al hombre joven. Al salir encuentra que ambos arreglan la cuerda de la vela que se ha roto. Zarpan y se dirigen al muelle, pero el hombre joven no encuentra su cuchillo. Lo has visto? Pregunta mezcla de enojo y sorpresa ante esa momentánea apropiación de lo suyo.

El hombre maduro nos muestra entonces que está terriblemente celoso, y al pelear con él por el cuchillo, tira al joven al agua. ¿Se ha ahogado? Había advertido que no sabía nadar. ¿Se encuentra detrás de la bolla? ¿Se está burlando de ellos? La mujer se avienta al mar, busca detrás de la bolla, pero no le encuentra. Al regresar a la embarcación insulta a su esposo y le llama asesino. El rompimiento entre ambos es entonces evidente. El hombre maduro se avienta al agua, en un segundo intento por encontrar el cuerpo.

A los pocos minutos, de manera sigilosa, el joven sube a la embarcación, a bordo de la cual solo se encuentra la joven esposa. Ambos se besan, y la cámara haceoff . Cuando la imagen regresa ambos gritan el nombre del hombre maduro, pero este no responde. Deciden regresar al embarcadero. El joven se baja del velero antes de atracar, y lo vemos desaparecer sin perder el equilibrio sobre unos troncos que flotan en el agua. La mujer llega al muelle en el que ya la espera su marido. Casi no se hablan, pero al poner el coche en marcha él le informa que irán directo a la estación de policía. Ella le tranquiliza, informándole que el joven volvió mientras él le buscaba, y que le han llamado pero él no había respondido. Su marido no le da crédito: ella simplemente trata de tranquilizarle. La mujer le asegura que el joven ha vuelto, y que incluso han hecho el amor.

El hombre no responde, y sigue avanzando hasta llegar a un crucero en el cual se detiene. Una señal de tránsito se encuentra frente a ellos indicando la dirección de la estación de policía. "No más bromas" pide él. Ella asiente. "Quiero creer que no se ha ahogado, pero el que hayan hecho el amor sería insoportable". El coche no avanza. Sigue detenido en el cruce de caminos. ¿Irá a la estación de policía? ¿Seguirán su camino? Todo depende de lo que él quiera creer.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Pablo Miranda

Pablo Miranda estudió la carrera de Derecho en la UNAM. Puedo decir que se trata de un buen abogado que pronto pudo encontrar una posición subrayable en un buffette prestigiado. La carrera jurídica fue sin embargo, siempre una especie de correa demasiado justa para una persona que tal como él, desea una vida más libre y más cercana a una de sus grandes pasiones: el cine.

Fue por tal razón (y por algunos accidentes que por no haber desenlazado en tragedias pueden ser vistos hoy como posibilitadores del vuelco) que dejó su carrera en la abogacía y se marchó a estudiar cine a Los Ángeles.

Su primer cortometraje es algo muy bien logrado. La corrección política del mensaje no impide que los personajes, en escasos minutos, se nos aparezcan entrañables: padre e hijo, migrantes en su primer día en América, comienzan de inmediato la búsqueda de trabajo, pero también se ven lanzados a competir por los espacios públicos que han sido comptados por otros marginados. El gesto maduro del padre, la bondad de ese hombre con rasgos campesinos e indígenas que brinda a su hijo un ejemplo de solidaridad, es también un mensaje sobre aquel valor que a los mexicanos de aquí, nos hace tanta falta. (Denle Click a la imagen a su derecha).

martes, 18 de septiembre de 2007

Después de la Boda

Una película impresionante que, tal como se ha dicho, recuerda a Festen no únicamente por ser danesa, sino por las revelaciones que van teniendo lugar en el marco de los festejos familiares.

Es un homenaje a Vintenberg y a su Festen más que un tributo a Dogma 95, movimiento que difícilmente la certificaría: la búsqueda de la autoría no se esconde, existen cambios geográficos que rompen con el aquí y el ahora, la iluminación y la belleza de los colóres hacen de esta una película muy bien cuidada, y ciertamente no parece ser que haya sido grabada cámara al hombro.

La trama está excelentemente llevada, y a pesar del dramatismo que se imprime a los personajes y a las interacciones entre ellos, nunca el espectador tiene la impresión de que se les ha forzado: Desde las primeras escenas puede uno suponer que un millonario está a punto de morir. Pero no se puede acusar a esta película de ser demasiado previsible, su fuerza no está en hacer trampa al espectador con la intención de guardar un secreto, sino en que el espectador se vea enfrentado al dolor sin cosméticos del sufrimiento real. Ante la muerte no hay morfina que valga.

Lo más humano de la película se encuentra en su plausibilidad: es evidente que un hombre bueno, pero que siempre se haya salido con la suya, esté dispuesto a manipular a quienes le rodean con tal de ahorrarles el sufrimiento de su pérdida. Sus seres queridos le recuerdan a tiempo que el sufrimiento, no obstante, es necesario para despedirse como es debido.

Susanne Bier desarrolló el guión con el guionista y realizador Anders Thomas Jensen, siguiendo la línea de sus dos premiadas películas anteriores, Te quiero para siempre y Brodre/Hermanos. La película se rodó en Dinamarca y en Bombay.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Dos de Fellini

81⁄2 y Giulietta de los espíritus


Se trata de dos de las mejores películas de este director, que por su trama y la época en que fueron rodadas (1963 y 1965 respectivamente) se encuentran íntimamente relacionadas y merecen ser comentadas en paralelo.

Si la primera tiene como argumento el desarrollo y la resolución de la crisis creativa y humana por la que atraviesa el personaje -un director de cine que ha perdido la inspiración- la segunda película retrata vívidamente la crisis en la que se encuentra inmersa Giulietta, la digna esposa de un atractivo agente de eventos publicitarios.

Marcello Mastroianni interpreta al cineasta de la primera de las cintas. Rodada en Blanco y Negro, es una película que destaca por la gran fuerza visual y simbólica con la que la historia es narrada desde la primera de sus escenas. Nuestro personaje es un hombre atractivo e infiel que engaña a su esposa -una mujer hermosa pero que no lo complace en lo sexual- con una bella y complaciente amante. Debido al amor que siente por su esposa, la invita a alcanzarlo en la ciudad en que rodará su película, ciudad en donde además se encuentra el balneario médico en el que descansa a causa de una enfermedad en el hígado -y a una depresión- justamente el tipo de balnearios que se pusieron de moda por la medicina europea de la primera mitad del siglo XX. Como terapia, debe tomar agua santa cada hora. La espectacular caminata sincronizada de cientos de huéspedes que beben agua santa en el balneario es una fantasía inigualable que se desenvuelve al compas de la Cabalgata de las Balquirias de Wagner. Esta escena es visualmente inigualable.

Su esposa le alcanza, y mezcla de intuición y paranoia, sabe adivinar perfectamente que la amante de su marido se encuentra en el mismo hotel que ellos. Los reclamos y quejas no se hacen esperar, pero Marcelo Mastroniani se conserva imperturbable.

Si vale la pena comentar en paralelo Giulietta de los Espíritus, la siguiente película que filmó Mastroniani, es porque retrata el sufrimiento de la esposa engañada desde la propia perspectiva de la mujer fiel que no alcanza a adivinar la razón del engaño, pero que puede intuir que la razón podría encontratrse en la sexualidad misma.

Giulietta realiza de continuo sesiones espiritistas, y recomendada por sus amigas, visita mediums. La pregunta que la asalta -porque ha escuchado hablar dormido a su marido pronunciando el nombre de su joven amante- es si efectivamente éste la engaña. La medium le entrega más preguntas que respuestas: te sientes hermosa? Se burla de ella. Giulietta no sabe a quien escuchar, existen muchas voces y deseos: su hermana le aconseja pagar un detective privado., su amigo abogado, que la corteja, le recomienda el divorcio., su sensual vecina, divertirse y aprovechar de mejor forma su sexualidad., una psicoanalista le recomienda crecer como los árboles, de forma espontánea. Todas estas voces la confunden, y además están las voces internas, que la asaltan continuamente recordándole su infancia y su pasado.¿A quién hacer caso? El final, sin resolver, recuerda mucho a las voces que nos piden paciencia prometiéndonos un futuro mejor.


Cabe señalar que Giulietta Massina, quien hace el papel de Giulietta de los espíritus, se había casado con Fellini varios años antes. Estas dos películas por tanto bien podría retratar los sentimientos autobiográficos de esta pareja de artistas.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Tiempo de Volver

Si yo fuera beso, me gustaría ser ese beso.

Se trata de una estupenda película, a la que podría calificarse como "intuicional". Es una de aquellas obras que te hacen sentir algo que quizá no esté suficientemente formulado ni pueda estarlo todavía con palabras. Películas como esa me vienen a la mente dos: ¿Quieres ser John Malcovich?, y Corre Lola Corre.

Spike Jonze dirigió la primera de ellas, obteniendo una reflexión logradísima sobre la identidad individual, la cual se pone siempre en juego en todas nuestras relaciones, amor incluida: ¿Quiénes somos? ¿Quiénes queremos ser? ¿A quién queremos parecernos y a quiénes querríamos controlar/lograr que se nos parezcan?

La reflexión sobre estos asuntos la logra Jonze, a mi parecer, gracias al suspenso que a fuerza de ser constante, despierta emociones que de otro modo no experimentaríamos. Son sentimientos acerca de la identidad y su precariedad siempre latente, bordeando la inexistencia; y nos percatamos de ellos debido a la combinación de suspenso-ansiedad y al necesario humor. Sin este ingrediente último, no creo que pudiéramos mantener la ansiedad, y sin ella no nos percataríamos de aquellos otros sentimientos. (la manera en que podemos darnos cuenta de estas emociones non gratas es que al tiempo de experimentar angustia, experimentemos también humor. Algo similar pensaba Nietzsche sobre la tragedia griega*).

Se trata de una película fuerte que produce intuiciones sobre la manera en que en lo cotidiano nos encargamos de imponer nuestra identidad y perpetuarla... "salvándonos" de la muerte. Quieres ser John Malcovich es todo, menos una película de amor. Es una película existencial.

Pero la película de la cual quiero hablarles es efectivamente una película de amor (si bien de amor existencial). El actor y director a un tiempo es Zach Braff. No estaba yo enterado de la existencia de este joven genio sino hasta que comprobé que tiene 30 años y que él dirigió ésta película estupenda en la que logra generar una reflexión sobre lo doloroso de la vida, sobre la muerte siempre presente en el horizonte y las identidades en juego (como lo hace Jonze) al tiempo que te muestra un horizonte de esperanza en nuestra particular y personal exploración del abismo..., de la vida. Es por ello que, aunque el humor es más parecido al de Jonze, el mensaje se acerca más al de Tom Tykwer y al de su Lola: ¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Si muero me olvidarás?, preguntas que contesta a través de las acciones llenas de fé de sus personajes.

El beso del que les hablo es un beso de fé ante la exploración del abismo. Un beso salvador, y compañero de viaje.

La Película se llama Garden State (Tiempo de volver).

*En la época de Nietzsche los estudiosos se preguntaban las razones por las que sólo entre los griegos existió la Tragedia -entendida como una institución de concursos y representaciones en las que participaron Esquilo, Sófocles y Eurípides, entre otros. Nietzsche respondió que la tragedia existió como mecanismo para que los griegos pudieran afrontar la única verdad cierta entre los hombres: la muerte. Enfrentar la tragedia hizo que los griegos avanzaran hacia un conocimiento muy profundo de la existencia humana. Pero para los ciudadanos de la polis ateniense, aguantar una representación trágica sólo les era posible gracias a que los coristas cantaban y divertían al expectador al tiempo que atenuaban el sentimiento trágico que les producía la obra. Cuando Eurípides innovó la técnica representativa eliminando el Coro y desarrollando algo más parecido al teatro, condenó a la Tragedia a la extinción. Sin Coro no hay ciudadano humano que aguante la Tragedia (tampoco, en consecuencia, nadie que aprenda lo que la Tragedia enseñaba...).

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Cold Mountain

En toda la película existen diálogos muy bien logrados. Al comenzar, por ejemplo, él, que tiene fama de ser un hombre de pocas palabras, y después de experimentar cierta angustia frente a ella por no saber qué frases usar, se pregunta en voz alta la razón por la que no pueden simplemente estar uno frente al otro, sin tener que decirse nada. Ella le dice que tal cosa es efectivamente posible. No hay mejor manera de decirse que ya se aman.


Él marcha a la guerra, que en breve el sur perderá. Mientras tanto, la descomposición social está muy avanzada, y los grupos de poder locales lucran de manere perversa con la falta de un orden central. Él está avergonzado de sí mismo por los asesinatos cometidos y regresa como desertor. Ella le espera sorprendida de que sea un verdadero amor aquél que surgió de un brevísimo encuentro, hace ya tres años.Después de la guerra, él le explica que no escribió más debido al grave sentimiento de que habiendo manchado sus manos con sangre, ya no la merecía. Siente que su alma está perdida y corrompida. La guerra ha acabado con él. Por tal motivo no ha regresado aún. Es solamente un espectro, un fantasma de si mismo.


Casi al finalizar, ante la posibilidad de acabar con quienes aprovechándose de su autoridad han abusado y asesinado, nuestro personaje toma la decisión de perdonar. No quiere más muertes en su conciencia. Desgraciadamente aquel otro, su rival, no sabe nada de humanidad. Ambos mueren, pero nuestro personaje se salva a sí mismo con su sacrificio. Cuando está en los brazos de su amada, ahora puede con toda justicia decir que ha regresado.


El director logra que el espectador medite unos segundos sobre la posibilidad de que el personaje principal conserve la vida. Para ello, la escena en la que éste último contempla a su rival ya muerto, se alarga lo suficiente para que nosotros reflexionemos sobre la alternativa de un final distinto. Yo mismo pensé durante la duración de dicha toma que un final agradable le quitaría sustancia y contundencia a uno de los mensajes principales del drama: lo trágico de la guerra, lo esencialmente deshumanizador de la lucha armada y del asesinato del otro.



Anthony Minghella (6 de enero de 1954) es un director y guionista del Reino Unido. Nacido en la Isla de Wight de padre italiano y madre Escocesa, se graduó en la Universidad de Hull. Ganó el Premio Oscar al mejor director por su trabajo en la película El paciente inglés.

martes, 4 de septiembre de 2007

Side Ways

Buena, muy buena.

La actuacíón del tipo es estupenda. Al principio lo odias de tan looser, pero poco a poco te vas encariñando con el personaje.

Me dejó pensando acerca de la civilización occidental y la cultura: el personaje principal es un don nadie que según los estándares del éxito no ha triunfado en modo alguno, pero que ahi la lleva, pianpianito, haciendo su lucha. Es maestro de literatura de secundaria, e invirtió tres años de esfuerzo en una novela que no le publicarán. Un auténtico neurótico que fracasó en su primer matrimonio, presumiblemente debido a su gran inseguridad.

A pesar de ello y de su abundante neurosis (sus ataques son fenomenales), se deja un resquicio para disfrutar de la vida y la cultura en la práctica de degustar del buen vino.

¿No es eso lo magnífico de nuestra cultura occidental moderna, de nuestra democracia liberal? La cultura está al alcance de todos (en México, por supuesto, todavía no), lista para que la integremos a nuestra vida y sublimemos nuestras pasiones. Años y centurias de cultura están al alcance de quien deseé aprehenderla. En algunas democracias avanzadas esto es cada vez más cierto incluso para los inmigrantes. Pues bien, una parte de esa cultura es la horticultura. En otros casos es la música, la ópera... Pero en ésta historia el personaje es un don nadie extremadamente culto. Viene de una familia de clase media, y aunque la vida le ha llevado a ser alcohólico, es un alcohólico ilustrado. De algún modo ha sublimado su vicio convirtíendolo en un arte dionisíaco...

Estupendo en este oficio, conoce en un viaje que emprende a una chava mesera que está estudiando una maestría en horticultura. Los tips para elegir los vinos están de primera, y hay un diálogo sobre lo que los vinos le hacen intuir a uno, que es simplemente magnífico.

Vean la película. Es muy muy buena.

"Alexander Payne (10 de febrero de 1961) es un director de cine y guionista estadounidense.Sus películas se caracterizan por un fuerte sentido del humor, satirizando a la actual sociedad norteamericana. Estuvo nominado al Oscar en 1999 por la adaptación de Election. Venció en 2005, en los Globos de Oro por el guión de Entre copas". (Este último párrafo fue tomado de Wikipedia).

Closer

No puedo decir que me haya gustado. La película me dejó bastante molesto e insatisfecho. Quizá tales reacciones sean los productos esperados de una obra que se ha propuesto dejarnos pensando: las relaciones afectivas son complejas, siempre se juega y en el amor el dominio está de por medio...Tales afirmaciones son ciertas y no obstante, la película termina con algo que parece ser una moraleja: el que a hierro mata a hierro muere...


Pensándolo mejor, quizá lo que no me gustó de la película es su extremo realismo. No es fácil aceptar que el amor también se desarrolla en una jungla. Pero el que esto no nos guste no nos libera de la obligación de estar conscientes de ello. Negar una verdad sólo nos deja indefensos en algo que al parecer es verdaderamente una cuestión de superviviencia. Ahhhhh.... esas historias de amor eterno se desbaratan a nuestros ojos...


La película tiene escenas fuertes, pero no lo bastante irreales como para no creer en ellas. Los tiempos han cambiado. Las relaciones humanas son cada vez más inestables y ello en virtud de la equidad de géneros y de la libertad sexual. Tenemos que aprender a vivir en pareja de una manera más justa, pero mientras el aprendizaje llega es menester un poco de confusión.


Es interesante sobre todo reflexionar sobre la causa por la que dejaron a Jude Law. Después de reflexionar un poco adelanto una hipótesis. No lo abandonan por haberse convencido de su falta de ética, o por haber caido en cuenta de que era un "cabrón". Eso siempre lo supieron y sus amantes consintieron continuar con su vínculo a pesar de ello, o más aún, a causa de esto mismo (Julia y Portman se enteran de la naturaleza perversa de éste en el mismo momento, unos instantes después de que son presentadas por él en la escena del taller de fotografía).


Cuando al fin lo dejan, es sólo a causa de su falta de entereza. Tanto una como otra de sus parejas se dan cuenta de que él no está a la altura de sus propios actos. Podríamos explicar ello del siguiente modo: (Jude) se lleva y no se aguanta. Es un llorón que se deja consumir por su profundo orgullo... no es lo suficiente "hombre" como para tolerar que (Julia Roberts) se acueste por vez postrera con su ex marido para conseguir que éste firme el divorcio, aún cuando lo hace por compasión. Tampoco puede perdonar que (Portman) se haya acostado igualmente con (Owen) aún a pesar de que en ese momento ambos eran los perdedores del juego por él formulado y mientras su relación con ella era inexistente a causa de él mismo. Ningún otro hombre estaría obligado a aguantar tales cosas. Ninguno excepto él porque, a fin de cuentas fue el artífice del trance y estaba obligado a aceptar las consecuencias del mismo.


Pero no. No lo hizo. Parece que a Jude Law le importa más Owen que todo lo demás y es justamente por ello que al final le dejarán solo.

Indice por Autores

- Bergman, Ingmar.
- Bier, Susanne.
- Fellini, Federico.
- Ghobadi, Bahaman.
- Luthardt, Matthias.
- Minghella, Anthony.
- Payne, Alexander.
- Polanski Roman.
- Rossellini, Roberto.
- Taddicken, Sven.
- Visconti, Luchino.
1) The Damned.
- Zach, Braff.